miércoles, 21 de agosto de 2013

Joseph Wambaugh y 'Hollywood station': descarnada crónica negra de la ciudad

    Joseph Wambaugh es un maestro de la novela negra protagonizada por policías y delincuentes de carne y hueso, ni muy buenos unos ni muy malos los otros. En ciertos pasajes recuerda -sin llegar al paroxismo y a la suciedad más decadente- a las atribuladas peripecias de Ataúd Johnson y Sepulturero Jones, los agentes inmortales de Chester Himes. También se compara su saga sobre Hollywood con la mítica serie de los años 80 'Canción triste de Hill Street'.

    En 'Hollywood station', el autor, antiguo sargento del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), da vida a unos personajes como sacados de un cubo repleto de detritus. Crea desde su experiencia policial un mundo gris poblado por defensores de la ley, ni buenos ni malos, simples personas, que deben perseguir a yonquis, ladrones, pequeños traficantes y demás purrela humana que pulula por el -en teoría- reino del glamour: la ciudad de Hollywood.

    No hay una trama detectivesca, ni giros argumentales con golpes de efecto, si no una serie de escenas casi reales sobre el trabajo policial en los bajos fondos de la meca del cine. Descarnado y sin concesiones.   

    Las historias, muchas de ellas truculentas, y los personajes -muchos de ellos extravagantes, divertidos y sin ningún tornillo en la cabeza- alcanzan el alma del lector y le trituran -a veces- la patata. Genial Joseph Wambaugh, muy recomendado por James Ellroy y Michael Connelly.

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