jueves, 28 de noviembre de 2013

'L'abominable crim de l'Alsina Graells', de Pep Coll: ridícul

    Crec que em vaig errar quan vaig comprar aquest llibre al Centre Cultural Blanquerna de Madrid. No sé si és literatura negra per nins o per adults. Si és una còpia barroera de n'Eduardo Mendoza o si era un assaig de quelcom estrany i sense cap ni peus.

    La veritat és que el llibre comença bé, amb les disquisicions filosàfiques d'un mosso d'esquadra que viatja a Lleida en el bus de línea Alsina Graells i que es troba mort al seient del darrera a un famós diputat.

    Mentres, l'home rememora que ell no devia ser un policia sinó un pagès que seguís la feina de son pare i d'altres generacions de la seva família a un mas d'un poble perdut al Pallars.

    I a més a més, al devora se li asseu una senyora del seu mateix poble que no atura de xerrar i xerrar. Tot molt curiós i sense sentit, ja que es passa en mig segon d'un moment de serietat a una paròdia sense gràcia. 

    A dins del cotxe de línea es crea un ambient similar a Assassinat en el Orient Express "pero de andar por casa". Rar, rar, rar...

    Serà una història per al-lots, nins i infantons d'institut. Encara no ho sé i segurament no ho esbrinaré mai. Tot molt estrany...

domingo, 17 de noviembre de 2013

'Ley Garrote', de Joaquín Guerrero-Casasola: brutal

 
    
    "Ya no se puede salir a la calle sin tener un rosario en la cartera y una pistola para darnos de tiros con algún cabrón ratero".

    Esa es la filosofía, llana y directa, de Gil Baleares, hijo del policía corrupto y chingón 'Perro' Baleares, un huelebraguetas, expolicía judicial en México DF, apaleado, puteado, machacado, pero triunfante... o algo parecido.

La novela, vibrante e intensa, se puede comparar con las mejores de Élmer Mendoza y con la obra cumbre de Don Winslow: 'El poder del perro'.

    "Sintonicé a un locutor de voz pastosa que se las daba de filósofo nocturno, pero que a mí me parecía un reverendo idiota. Aseguraba que la vida sería mejor si nos diéramos cuenta de que todos somos hermanos, dijo un poema cursi de optimistas, acompañado por música de fondo: escucha hermano, la canción de la alegría. Nada nuevo bajo el Sol, la misma mierda barata de los que hablan como si Dios fuera su copiloto".

    Gil Baleares debe investigar el secuestro de la hija adolescente de un empresario del dulce. Entre medias se cruza con policías corruptos, narcos, acosadores, putos, pervertidos... y la Ley Garrote, una tortura para nada hecha para los machotes chingones...

    "Apagué la radio en cuanto el locutor dijo: y ahora esta canción que nos pregunta, amigos desvelados, ¿de qué color es el viento?, ¿de qué color, de qué color? Mierda. El viento no tiene color, el viento es delicioso cuando sales de una bronca y duro cuando te sientes muerto, tirado en el asfalto. Eso es todo. Derechos reservados de esta frase: Gil Baleares".

    El libro es una gozada. No en vano ganó en 2007 el Premio L'H Confidencial de l'Hospitalet de Llobregat. Este émulo de Philip Marlowe sufre una veintena de trompadas de las que sabe rehacerse como buen perdedor del género negro.

    "Cerré la revista. ¿Saben lo que me preocupaba en realidad? ¿Los niños de Somalia? ¿El futuro de la humanidad? ¿Mi anciano padre? Nada de eso. Mi coche color plata. Viendo las cosas como estaban, si no era capaz de aplicar mi ley a medio mundo por tener lo mío, estaría perdido".

jueves, 14 de noviembre de 2013

'Naturaleza casi muerta', de Carme Riera: exquisita

    
    'Naturaleza casi muerta', la novela negra-policíaca de Carme Riera, es especial. Desde el principio se observa que es una narradora de categoría. Su prosa es exquisita. Y en este caso sirve para desarrollar una historia truculenta con una serie de universitarios asesinados de manera brutal en la Universitat Autònoma de Barcelona.

    El libro se lee del tirón. Es una obra que engancha. Inluso provoca leves taquicardias en algunos de sus pasajes. Riera, une a la trama negra, humor, crítica a ciertas costumbres humanas -más bien de las que se calificarían como cutres- y se ríe de más de un profesor con más ego que Cristiano Ronaldo y el ministro Wert en una entrega de los Oscar.

    También hay palos para los responsables políticos de los 'mossos d'esquadra' a los que los muertos les interesan más bien poco o nada, solo quieren hallar un cabeza de turco que cargue con los crímenes para no ser destituidos y no perder los votos que en las próximas elecciones les dejarían de nuevo como pobres parias mileuristas.

    Tal vez el desenlace no es acorde a tanta tensión e intensidad narrativa como hubiese esperado, pero desde luego hasta las diez páginas finales no se sabe si el asesino es el mayordomo o el camarero del bar Amparito de Cerdañola.

    Una novela de sobresaliente que se disfruta al máximo y en la que, además de suspense y thriller auténtico, se encuentra la riqueza literaria y filosófica de una verdadera artesana de la lengua. No en vano ya ocupa el sillón 'n' de la Real Academia Española de la Lengua (RAE)

    PD: Por cierto, Carme Riera es profesora en la UAB, campus de Bellaterra, escenario de sus asesinatos ficticios y de sus críticas demoledoras al más cerril ambiente universitario, principalmente a sus grises -y en muchos casos desvalidos- dirigentes y a los profesores sátiros y tirando a crápulas. 

    Además, la investigadora principal, Manuela Vázquez, es un claro homenaje a Manuel Vázquez Montalbán.

domingo, 10 de noviembre de 2013

'Sendero sombrío' de Dominique Manotti y 'Muerte dulce' de Félix G. Modroño: aburridos

    'Este primer libro de Domique Manotti es una pequeña obra maestra. Rápido, trepidante, no deja indiferente al lector'. Esta aseveración de una publicación francesa es en parte verdad, al menos para mí. No me ha dejado en nada indiferente: porque me he aburrido en exceso y porque lo que parece ser una nueva forma de narrar, es un pestiño inenarrable.

    'Sendero sombrío', de Dominique Manotti, me ha permitido llegar a la página 20 de un, para mí, infumable relato similar al tostón de un amigo plasta. Hay que olvidarse y elegir otro libro. Ni si quiera he llegado a la página en la que se presenta al comisario Daquin. No hay que perder el tiempo en falsas tramas sin interés alguno.

'Muerte dulce', no apasiona


    Si bien 'Muerte dulce' de Félix G. Modroño es otra historia, tampoco me convence. Y es porque narra una historia del siglo XVIII, aunque al leerla parece que estamos en el siglo XXI. El autor no es capaz de trasladar al lector a tan sanguinarios y peligrosos tiempos.

    Además, aunque parece que la intriga tenga su interés, no deja de ser una narración lineal, sin algidez ni momentos de inflexión, todo es como muy ramplón y predecible. Sobre todo la relación de amor entre la novicia hija del investigador Fernando de Zúñiga y el discípulo de éste.

    Esta bien escrito. Para pasar el rato, sin aportar mucho más. Le falta alma, garra y corazón.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

'El guardián invisible', de Dolores Redondo: perfecta

   
    Hay pasajes de este libro que no te dejan ni respirar. Otros que te ponen los pelos de punta. Mezclar asesinatos y magia, en la Navarra rural, da como resultado un thriller intenso, potente y cargado de suspense. Un novelón. Imprescindible. Entretiene, provoca tensión, engancha, hace pensar, atemoriza, inquieta...

    Hay momentos en que la protagonista, la inspectora Amaia Salazar, de la Policía Foral, recuerda a Clarice Starling, del 'Silencio de los corderos', pues aquí también aparecen huesos con marcas de mordiscos humanos y personas a las que se les arranca la carne a dentelladas.

    Esta novela negra, más bien policíaca, se devora. El libro mantiene la tension hasta el final con un perfecto juego entre la mitología de los seres mágicos del Baztán y los terribles crímenes de adolescentes que van trufando los idílicos paisajes de Elizondo.

     A esto se añade la lucha del bien y del mal, en un escenario repleto de policías y familias mal avenidas. Hay momentos en que el Doctor Hannibal Lecter se transmuta en la madre psicótoca de una de las protagonistas.


Secundarios de lujo

    Los personajes secundarios también dan mucho juego y están muy bien construidos: desde la tía Engrasi -echadora de cartas- hasta la hermana mala malísima, Flora la empresaria -en ocasiones recuerda a Angela Channing- pasando por James, el marido escultor estadounidense, el subinspector Etxaide -que las enamora, pero es gay- ó el inspector Montes, bebedor compulsivo y policía de la vieja escuela.

    Brujas, diosas del ancestral mundo navarro, liturgias paganas y santuarios de muerte luchan mano a mano con la lógica de la investigación policial y sus más modernos procedimientos de actuación científica. Una novela imprescindible.