miércoles, 6 de noviembre de 2013

'El guardián invisible', de Dolores Redondo: perfecta

   
    Hay pasajes de este libro que no te dejan ni respirar. Otros que te ponen los pelos de punta. Mezclar asesinatos y magia, en la Navarra rural, da como resultado un thriller intenso, potente y cargado de suspense. Un novelón. Imprescindible. Entretiene, provoca tensión, engancha, hace pensar, atemoriza, inquieta...

    Hay momentos en que la protagonista, la inspectora Amaia Salazar, de la Policía Foral, recuerda a Clarice Starling, del 'Silencio de los corderos', pues aquí también aparecen huesos con marcas de mordiscos humanos y personas a las que se les arranca la carne a dentelladas.

    Esta novela negra, más bien policíaca, se devora. El libro mantiene la tension hasta el final con un perfecto juego entre la mitología de los seres mágicos del Baztán y los terribles crímenes de adolescentes que van trufando los idílicos paisajes de Elizondo.

     A esto se añade la lucha del bien y del mal, en un escenario repleto de policías y familias mal avenidas. Hay momentos en que el Doctor Hannibal Lecter se transmuta en la madre psicótoca de una de las protagonistas.


Secundarios de lujo

    Los personajes secundarios también dan mucho juego y están muy bien construidos: desde la tía Engrasi -echadora de cartas- hasta la hermana mala malísima, Flora la empresaria -en ocasiones recuerda a Angela Channing- pasando por James, el marido escultor estadounidense, el subinspector Etxaide -que las enamora, pero es gay- ó el inspector Montes, bebedor compulsivo y policía de la vieja escuela.

    Brujas, diosas del ancestral mundo navarro, liturgias paganas y santuarios de muerte luchan mano a mano con la lógica de la investigación policial y sus más modernos procedimientos de actuación científica. Una novela imprescindible.   

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