jueves, 26 de abril de 2018

'La chica que llevaba una pistola en el tanga', de Nacho Cabana: interesante y de calidad

    
    'La chica que llevaba una pistola en el tanga' es apropiada para los amantes de la novela negra, negrísima. Jugar con policías que investigan una trama de trata de mujeres, en la que se mezcla el narco mexicano y la mafia de la Europa del Este, es más que divertido.

    La narración, muy cinematográfica y de frases cortas, con poco diálogo, la hace interesante. Los diferentes puntos de vista de los distintos actores aportan riqueza a la trama. 

    Los dos planos, el de México DF y Madrid, dotan de atracción la historia sobre narcos, mafia, prostitución y policías que son buenos, pero que esconden oscuros sucesos.

    La pareja formada por los agentes Carlos y Violeta, es atractiva, así como Éder 'la Comadreja', un narco mexicano; Cristina, el rudo mafioso rumano; o Pedro, el taxista español de DF que tendrá mucho a decir en la historia.

    Hay imágenes duras sobre la pederastía y la trata de chichas jóvenes. Hasta el un burdel, en un pueblo perdido en la geografía española, forma parte de lo más sucio del ser humano. Los hermanos skinetes aportarán el inicio de esta investigación de los bajos fondos españoles y mexicanos. 

    Los poblados marginales de Madrid serán otros de los puntos de esta novela más que interesante. Hay que leerla. Los amantes del género negro la disfrutarán con verdadera pasión. 

sábado, 21 de abril de 2018

'Indómito', de Vladimir Hernández: dura y sangrienta

    
    Esta es la historia de una venganza. Dura y sin concesiones. Hay mucha sangre, tortura y muerte. Aunque sucede en La Habana y alrededores me recuerda a la pedazo de novela de Alexis Ravelo titulada 'La última tumba'.

    'Indómito' va sobre esos perdedores que un buen día deciden levantarse contra la bota que los oprime. Mario Durán, experto en informática, participa en un golpe maestro en una empresas de tecnología. Pero algo sale mal... y deberá resarcirse. Y lo hace como si hubiesen soltado a un apache en una taberna de Deadwood.


    La historia, más que negra, contiene una profunda crítica al sistema cubano. Relata el infierno que los presos sufren en las cárceles, denuncia los abusos policiales y nos muestra un aspecto escondido por el régimen: la violencia organizada que campa a sus anchas protegida por los mandamases.

    Esta es también una novela de amistad. Es el valor que domina y que provoca el festival de sangre. Hay escenas que me trasladan a 'El precio del poder'. 

    Dura trama en un mundo mísero y repleto de traumas. Es un muy buen libro, para los amantes de lo negro negrísimo desde otra óptica, y que se alzó con el prestigioso premio 'L'H Confidencial en 2015'. 

viernes, 20 de abril de 2018

'Ala de mosca', de Aníbal Malvar: negra, negrísima, sin concesiones

    "El Viejo decía siempre que las habitaciones hablan. Sobre todo las de los muertos, porque la mitad de los asesinados pactan su propio matarile en el lecho:
      -No te líes. La gente no mata por dinero ni por poder. Son excusas. detrás de cada muerto siempre hay un coño o un culo. Por eso casi siempre los asesinos tienen polla."
     
    'Ala de mosca' es una novela negra, negrísima. En la línea de las más clásicas de Juan Madrid. Está hecha sin concesiones y su protagonista es un perdedor. El final no es apto para amigos de Walt Disney.

    "-No me sobreestimes -respondió-. Siempre sobreestimas a la gente, y por eso fracasas. Sobreestimar al enemigo es más peligroso incluso que subestimarlo -se metió un trago directamente de la botella-. Bien, con los amigos pasa lo mismo".

    Mezcla a los narcos gallegos, con ricos de Compostela, niños pijas desaparecidas, guardias civiles, historias trágicas y/o tristes, el CNI y alcohol, mucho alcohol.

    "-Llegas con tres décimas de segundo de retraso -le dije-. ¿Has calculado mal la resistencia del aire?
      Gualtrapa me miró sin sonreír. Nunca agradecía un chiste. Consideraba el humor una pérdida de tiempo, un derroche de inteligencia, concentración y saliva".

    Lo que más destaca son los momentos a lo Marlowe o Spade con sentencias absolutas, bañadas por el sentimiento triste del oscuro sentido de la vida.

    "No terminó la frase. No era necesario. La felicidad es difícil de describir. La infelicidad basta con balbucearla".

    Los diálogos son ágiles y contundentes. La historia atrapa. Se van sucediendo los cadáveres en una Galicia tomada por el narco. Mientras, un fotógrafo, Carlos Ovelar, ex agente del CNI 'La Casa', al que no le gusta lo de inteligencia y prefiere la palabra información, un ricachón, casado con su exmujer, le encarga buscar a su hija Ania, de 18 años de edad.

    "Ofelia vivía en un apartamento en Malasaña, vistas al mar de Madrid, borrachos, putas, yonquis y tatuadores, calistos de chirla fácil y cara marcada, agua contaminada en tuberías de plomo, niñas de derechas con bragas de izquierdas, abstractos de humedad y verdín en las paredes, tullidos con esas amputaciones imposibles que solo se ven en Madrid, vendedores de lotería y rubio americano, bohemia que solo unos años más tarde florecería de movida y pela sociata. Había rockeros que nunca llegarían a nada y aspirantes a bailarina que acabarían de putas".

    A partir de aquí se sucederán los crímenes y el ambiente sórdido en una historia en la que es difícil distinguir a los buenos de los malos. Donde hay demasiado perdedor, violencia en exceso y mucha falsedad.

    Un libro muy bueno. Imprescindible para los amantes de la novela negra más oscura, profunda y trágica. Hasta el 23F tiene una parte adjudicada en las sucias manos de los chicos de Castellana, 5.

miércoles, 18 de abril de 2018

'Aguacero', de Luis Roso: novelón!!!

 
 
    "El sacrificio siempre es en vano -afirmó el anciano-. Eso lo aprendí hace ya mucho. El sacrificio solo sirve como unidad de medida del compromiso que uno adquiere con una determinada persona, o una determinada idea. No se trata de la voluntad de cambiar nada ni de proteger a nadie, sino solo de demostrase a uno mismo dónde llega su lealtad a la causa. Demostrárselo única exclusivamente a uno mismo, sin que importe nada del exterior".

    'Aguacero', de Luis Roso, es una novela redonda, especial, profunda y dura. El protagonista es uno de los mejores de los últimos años. Se llama Ernesto Trevejo y es inspector del Cuerpo Superior de Policía, en 1955, especializado en homicidios (es un personaje tan bueno como Milo Malartel inspector Méndez o el capitán Arturo Andrade).

   "- Ahí demuestra usted sabiduría. Ayer me refirió su mujer lo de su difunto hijo que en paz esté. No todos saben recomponerse después de algo así

      - Bueno, el mundo sigue dando vueltas después de todo. Unos se van antes y otros después, y en lo que estemos aquí hay que tirar para adelante. No queda otra.

      - Ayer escuché algo muy parecido de otro padre como usted que está a punto de afrontar una pérdida semejante. En verdad que hay que tenerles mucho respeto a las personas como ustedes.

    - ¿Qué personas?

    - Los que saben sobreponerse al sufrimiento. No es tan sencillo".  

    De carácter peculiar, algo tarambana, mujeriego y cínico, pero tierno por dentro, como Rick de Casablanca, lo suyo es atrapar delincuentes, sin hacer uso de la tortura malos tratos ni ni malas artes. Además, físicamente es una mezcla entre Humphrey BogartAlbert Camus, aunque tiene solo 35 años.


    Desplazado de su hábitat natural, el Madrid de 'Chicote', de los soplones y los comunistas en la ilegalidad, deberá investigar el brutal asesinato de dos guardias civiles en un pueblo de la Sierra de Madrid.

    Allí, se someterá -siempre a su manera, estoica y burlesca- al cruel capitán de la Guardia Civil, a los poderosos empresarios de la presa, al cura del pueblo y a los extraños habitantes de un lugar remoto que empieza a mancharse con sangre.

    Su forma de ser, de truhán bonachón, pero nada iluso, nos hace disfrutar de un humor entre negro y sarcástico y de unas andanzas cargadas de poder y crítica social. Terribles son algunas escenas en el campamento de obreros andaluces o el comportamiento de la Benemérita en aquella época, en una España mísera, pobre, cobarde, vengativa y traicionera.

    "- Morir significa morir, se acabó lo que se daba, finito. Tampoco hay que graduarse en la Sorbona para saber eso.

       - Ernesto Hemingway, en uno de sus libros que escribió sobre España, puso que le había llamado la atención un dicho de este país: hay que tomar la muerte como si fuera una aspirina. Yo nunca he oído decirlo, y creo que igual fue invención suya, pero me parece que dio en el clavo, que ahí dejó condensado mucho de la manera que tienen ustedes de ser. El humorismo, por un lado, y por otro, el desplante y la naturalidad con que asumen el aspo a la otra vida".

    Pedazo de libro. Uno de los mejores que leí este año 2018. Con una conclusión diferente. Una novela con la que disfrutas a la vez que piensas. Mucha filosofía -de la buena- hay en ella. Es un novelón. Crudo y sin concesiones, donde el poderoso siempre gana.

domingo, 8 de abril de 2018

'Venjaré la teva mort', de na Carme Riera: crims, humor, crítica i sàtira

    
    'Venjaré la teva mort' és una novel-la de temàtica negra molt ben escrita. Fins al final no coneixerem qui és l'assassí. Mentre, disfrutam d'una trama perfectament lligada, plena d'interès i de personatges poderosos.

    En recorda a l'anterior obra criminal de na Carme Riera, l'excel-lent 'Naturaleza casi muerta', ambientada a la UAB.

    En aquest cas, una detectiu privada, normaleta, gens heroïna, més aviat precària, Elena Martínez, ha d'investigar, per ordre d'una mestressa de Manresa, l'estranya mort del seu homo, Robert Solivellas, que treballava a una empresa dedicada a intercanvis comercials internacionals.


    Aquí és barrejaran temes tan diversos i surrealistes com el fill de la madona, Montserrat Bofarull de Solivellas, un jovenet amb amistats més que dolentes; la filla, que es vol casar sense permís amb un colombià sospitós; els nuvis per dies de la pròpia investigadora; el seu gos 'Milú'; un vell policia, ja jubilat, que l'ajudarà en la seva recerca; una vident friki; i un inspector dels mossos més que viu amb la seva companya, la grassoneta inspectora experta en psicologia, entre d'altres protagonistes d'aquesta mena de brutal sàtira i crítica contemporània.

    Crida l'atenció la vida tan poc endreçada de la nostra Philip Marlowe particular, els ambients de la novel-la i la mentida que tot ho tapa. Els succesos que hi aparèixen faran cada cop més complicada la investigació. Ningún és el que sembla i no tot és el que pareix des d'un principi.

El línea amb en Martín, Mendoza i Ledesma

    El final és poc èpic, però molt real. Ens demostra que tot és teatre. O, com diu una de les lletres del grup heavi del fill de la Bofarull: "Merda, tot és merda, i tu ets més que merda".

    Humor i sàtira n'hi ha a bastament. Carme Riera transforma les coses complicades en senzilles i ens deixa una obra, que sense ésser 'El Halcón Maltés' -ni ho pretèn- podria ser cosina dels llibres més irreverents i irònics de n'Andreu Martin, Eduardo Mendoza o González Ledesma. Es llegeix amb ànsia i passió!!!

    PS: Els caganers són la clau més absoluta!!!