jueves, 30 de agosto de 2018

'Visitation Street': muy bien escrita, pero lenta y carente de pasión

    Aunque la novela está muy bien escrita, de manera original y diferente, no me ha enganchado. La he dejado en la página 80 tras cansarme de su lentitud y de sus personajes tan decadentes -por no decir tétricos o peripatéticos.

    Y es que la vida en Red Hook, un barrio costero de Brooklyn, no es fácil, es triste, gris y tremenda. Sobre todo a partir de un hecho que conmoverá a todos sus habitantes.

    Pena me da 'El Maestro', un músico alcohólico que parece alelado; el pobre vendedor paquistaní que todo el día invita y dirige su propio periódico de cotilleo de la zona; Val, la quinceañera que no se acuerda de nada; o Cree, el joven jamaicano que guarda una destartalada barca de su padre en dique seco. 

    Es un libro que carece de alma, le falta calor. Todo es muy frío y penoso. Todo transcurre como en un tráveling lento y farragoso. Admito que la escritora es muy buena, pero es que prefiero las películas de los Hermanos Coen antes que las de Kiarostami.

jueves, 9 de agosto de 2018

La mejor novela negra para el verano 2018

    'El año de la plaga', de Marc Pastor. Uno de los mejores comienzos de novela que he leído en años. Es poderoso, incisivo y muy inquietante. El misterio, el suspense y el miedo nos envuelven por momentos. Pedazo de historia. El humor, entre irónico, crítico y sarcástico, es un acicate para leer a ese maestro de la narrativa, autor de las geniales 'Bioko' y 'La mala mujer'. Recuerda un poco a otro genio del terror surrealista: Albert Sánchez Piñol.


    'El asesinato de Laura Olivo', de Jorge Eduardo Benavides. Otra de las novelas del año. Muy bien escrita. Con un personaje que da para una segunda parte, el 'Colorado' Larrazabal, expolicía peruano reconvertido en investigador en Lavapiés. Con su novia la 'Morita' intelectual y su amigo, un inspector español, conforman un trío que busca a la asesina de una poderosa agente literaria y al sicario que mató a un exfiscal latino.


    'Plato de mal gusto', de Álvaro Aguilera Fauró. Es una delicia. Con un personaje que, salvando las distancias, recuerda al asesino a sueldo de Manchette, que lo quiere dejar, pero no se lo permiten. Es una historia dura y muy castiza. Con un entramado turbio y peligroso. El comienzo es muy bueno. Los personajes tiene su punto. Y hay pasajes de un humor a lo Eduardo Mendoza. Las chonis del extrarradio aportan un puntito pícaro y socarrón.


    'Indómito', de Vladimir Hernández. Un libro negro, negrísimo, ambientado en La Habana, con una carga crítica poderosa. Los personajes son de lo peor. La historia es dura, en la línea de algunos libros del maestro Alexis Ravelo. Es la historia de una venganza justa y cruel. Los protagonistas caminan a todas horas por el filo de la navaja. Aunque la amistad y el amor también tienen su espacio. 'El precio del poder' pulula por entre sus personajes.


    'Cuentas pendientes', de Susana Hernández. Una gozada. Una historia tremenda. Muy bien hilada. Con subtramas potentes. Es una narración repleta de intensidad. Las protagonistas son dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía en Barcelona. Una de ellas, lesbiana, enamorada de una abogada de la alta burguesía que da mucho juego. Se enfrentan a asesinos en serie, pedófilos, psicópatas... Son unas 'Starsky y Hutch' hispanas con poderío.

martes, 7 de agosto de 2018

'El bosque de los inocentes', de Graziella Moreno: correcta y entretenida

    'El bosque de los inocentes', de Graziella Moreno, es una entretenida novela policíaca con toques mágicos

    Es un libro que se lee con placer sin llegar a ser un novelón. Pasas el tiempo y te lo quieres acabar. 

    La trama se centra en las visiones de la protagonista, una abogada de Barcelona que visita su pueblo natal en la zona del Montseny; y en la investigación de los mossos de esquadra para localizar a un secuestrador y asesino de niños.

    Con ecos de Gilles de Rais, Barbazul, y de 'El coleccionista de huesos', la historia es eficaz porque mantiene el suspense en todo momento.

    Es una lectura ligera recomendada para el verano o para los viajes en transporte público. El toque paranormal da aliciente a la trama de misterio y asesinatos con ciertos aspectos macabros.