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sábado, 27 de agosto de 2022

Homenaje al genial Jakob Arjouni y a su inigualable detective Kemal Kayankaya, el 'Marlowe' de Frankfurt


    Encontré unas anotaciones de 1994-95 sobre dos libros que entonces me impactaron: '¡Happy birthday, turco!' y 'Rakdee con dos es', donde el protagonista es el carismático detective turco-alemán Kemal Kayankaya, creado por el inolvidable Jakob Arjouni

    En breve leeré la tercera novela de la serie, titulada 'Más cerveza'.

    En la foto de arriba a la derecha aparece Arjouni, en el tablón de famosos de la ya -y tristemente- desaparecida librería 'Negra y criminal' de la Barceloneta.


    De '¡Happy birthday, turco!':

    "El aire era como el de una sauna en la que alguien se ha olvidado unos calcetines sucios".

    "Detrás del mostrador estaba la hija del dueño, una chica gorda, espléndida publicidad de la mercancía de su padre".

    "Era detective privado desde hacía tres años y turco de nacimiento",

    "A veces, hasta le divierte a uno este oficio".

    "Nos es buena publicidad para un detective privado reconocer que tiene unas cualidades analíticas más o menos subdesarrolladas".

    "Nada de superjeque, soy el mandamás del Kebab-King".


    "Pasó crujiendo a mi lado, se detuvo frente a un armario y se puso en cuclillas. A través del pantalón del uniforme se dibujaban los contornos de unas bragas estriadas. Me eché para atrás y susurré: 'Vuestro jefe lleva unas braguitas de lo más insinuantes'".

    -¿Cómo ha dicho?

    He dicho que sería una buena guarra para follárnosla entre los cuatro.

    Me volví a ambos lados, sonriendo como un demente a mis guardianes, y lleno de júbilo proseguí: '...follar, follar, follar!'

    Y dirigiéndome de nuevo a ella: 'Y yo soy justo el tipo indicado para ello. En mi país la gente me llama Alí el Paloafilado (...)' Le guiñé un ojo: 'Y cuando digo palo, cariño, no me refiero al de la escoba'"



   De 'Rakdee con dos es':

    "Su zarpa peluda aterrizó en mi hombro. Nos medimos con la mirada. Dos hombres duros en un mundo duro. El uno no podía pagar el alquiler, el otro lloraba porque se le había ensuciado la alfombra de cachemir".

    "Una palabra más, poli, y te doy tal cantidad de ostias que no podrás volver a tenerte en pie, ni a sentarte, ni a follar".

    "Su tono me recordaba el de esos pedagogos progres que pueden hacer polvo a un chaval y luego echarle del colegio sin dejar de sonreírle". 

   

El cinismo y sarcasmo de Kayankaya son los mejores remedios contra la hipocresía y lo políticamente correcto 

    Sus chistes corrosivos y su mala leche hacen de él un tipo sorprendente. Su aparente falta de principios choca con la fidelidad total hacia su cliente. Odia a los racistas, ama a las mujeres bellas y dará la vida por solucionar un encargo.

domingo, 9 de agosto de 2015

'Negra y criminal', el santuario de la novela negra y policíaca



    Subidón total. 
    Buscar en la Barceloneta el santuario de la novela negra provoca un placer doble. 
    Estar en una de las zonas más bellas de España y cruzar una puerta tras la que te golpean directamente en la cara las imágenes de los inmortales: Jakob Arjouni, Vázquez Montalbán, Don Winslow, Ian Rankin...


    La librería 'Negra y criminal' es la meca de la novela policíaca en España. 

    Entre sus estanterías, pese a lo breve del local, se puede encontrar cualquier título del mundo de lo negro... o encargarlo. 
    
    Libros descatalogados y las más recientes novedades ofrecidas por Paco Camarasa.
    Entra una mujer que pide una obra de Francisco Casavella ("No lo tenemos; no es novela negra, nuestra especialidad"), se va y regresa a los diez minutos: "Perdón, me equivoqué, buscaba lo último de Carlos Zanón". 
    Eso es otra cosa. Palabras mayores. Paco le vende 'Yo fui Johnny Thunders', el pelotazo del año pasado. Una de las mejores novelas de perdedores escritas en nuestro país. Un compendio de violencia, sentimientos destructivos y vicio, mucho vicio. Negra total.

    Otro de los habituales es un italiano que adquiere el último título del inmenso y riquísimo mundo de Andrea Camilleri. Ahí mueve ficha, como rey indiscutible, el comisario Salvo Montalbano. Un personaje atractivo hasta la extenuación. La serie televisiva protagonizada por Luca Zingaretti le ha aupado al olimpo de los inmortales de lo negro.

    Yo adquiero dos títulos descatalogados, escritos en los 80 y 90, y publicados en la desaparecida editorial 'La Magrana' (ahora recuperada con otras obras por RBA): 'Sota el signe de sagitari' (Jaume Fuster, 1987) i 'Per l'amor de Déu'' (Andreu Martín, 1997).