'Los destrozos', de Bret Easton Ellis, es un novelón, un libro impactante, absorbente, desasosegante... rozando la obra maestra.
En sí, no es una novela negra al uso, pero mantiene, en sus más de 600 páginas y casi 900 gramos de peso, un suspense poderoso, una intriga potente y unos hechos brutales.
Porque esta obra. ambientada en Los Ángeles, año 1981, es la historia de la nostalgia. Es una especie de 'Menos que cero' mezclado con 'American psycho'. Porque trata la vida del último curso de instituto de un grupo de jóvenes de familias más que ricas.
Su protagonista es el propio Ellis, con 17 años de edad, una homosexualidad galopante, un amor por la drogas extensivo y una novia de alta alcurnia.
En la vida de estos niños pijos, de una pandilla típicamente estadounidense, se cruzarán las desgracias. Y un personaje que llega al colegio para desestabilizarlo todo.
Y, por si fuera poco, es el momento en el que el denominado 'El Arrastrero' empieza a secuestrar a jóvenes y destrozarlos totalmente. Un mal bicho que entra en las casas de los ricos y deja su rastro de violencia, miedo y terror.
Esta obra maestra hay que leerla porque se disfruta y sufre al máximo. Porque enseña, hace pensar y nos muestra el lado más oscuro, falso, hipócrita y maligno de la gente.

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