Mis autores preferidos de novela negra y policiaca, acompañados de sus criaturas, los detectives e investigadores más escépticos y duros a la vez tiernos.
martes, 26 de septiembre de 2017
'Te veré bajo el hielo', de Robert Bryndza: más que efectiva y absorbente
'Te veré bajo el hielo', de Robert Bryndza, es un thriller más que efectivo con una protagonista que engancha, la inspectora jefe Erika Foster, inteligente, rebelde, irrespetuosa con los superiores y y tremendamente eficaz.
"Se pasó las tres horas siguientes recorriendo algunos de los pubs más cutres que había visto en su larga carrera. No era ya la miseria, la suciedad y los borrachos lo que más la enfermaba; era la desesperación pintada en las caras de la gente acodada en la barra, el desaliento con el que se desmoronaban en el asiento de un rincón, la apatía con la que echaban sus escasas monedas en las máquinas tragaperras".
La trama, que consiste en la caza de un asesino en serie de prostitutas y que acaba de matar brutalmente a la hija de un rico y prepotente lord, está trabajada, esa adictiva y dotada de un profundo suspense.
"Ivy la miró.
-Los malos son siempre los peores, pero también los mejores. Y tú les dejas hacer contigo lo que quieran, aunque te duela, aunque no quieras..."
Se critica a los poderosos que, sin escrúpulo alguno, utilizan a los demás para lograr sus objetivos. Se censura a los jefes de policía que, para no perder el puesto, se pliegan a los caprichos de estos mismos poderosos.
"La inspectora se agarró a la cerca de la casa para conservar el equilibrio. Pensó que no tenía la menor idea de cómo debía actuar para parecer una persona 'normal'. Era capaz de enfrentarse a un cadáver y de interrogar a un agresor violento; había soportado sin inmutarse que le escupieran y que la amenazaran con una navaja. pero vivir en el mundo real como un miento de la sociedad. la asustaba. No sabía cómo debía comportarse una persona soltera sola y sin amigos".
Al final, y pese a todos los impedimentos, a cuál más complicado de sortear, la justicia impera y los buenos triunfan sobre el mal. Aunque sea a base de sufrimiento, golpes y abusos.
Es una novela que, sin ser una obra maestra, supera con creces el notable. Engancha y se hace devorar hasta el final. Ya espero con ansia la segunda entrega de esta saga que se titulará 'The Night Stalker'.
viernes, 22 de septiembre de 2017
'El carmín y la sangre', de Montero Glez: alocada, entretenida, diferente
"Todo hombre tiene un demonio personal esperándole en alguna parte y el comandante Fleming encontraría el suyo durante la guerra".
Es una novela diferente. Como una comedia ligera, cargada de drama y de situaciones surrealistas. Con un final muy en la línea de 'El perfume', un desarrollo que nos remite a Valle-Inclán y un inicio de James Bond 007.
"-Ningún sentimentalismo turbará la pureza de mi vicio. Tu amigo, ese que te paga la habitación, puede estar seguro de que no voy a intervenir en lazos de pareja. Solo intervengo donde él no puede llegar. En el fondo, la guerra hace extraños enemigos de cama".
No en vano, el protagonista es un espía inglés en Gibraltar en 1941. Se trata del comandante Ian Fleming el creador del agente secreto al servicio de su majestad más importante de todos los tiempos.
"-La suiza deseaba un creampie -aseguró el comandante Fleming- y mira. Eso es lo que tiene el deseo, que no siempre puede desembocar en placer.
-Usted sabrá si ella ha gozado -apuntó el mayor Donovan tan cortante como satisfecho.
Entonces el comandante Fleming le miró muy fijo y aseguró:
-Las mujeres por moral no se entregan todo lo que desean. Al contrario de los hombres, que si no se entregan es por inseguridad".
Su objetivo es acabar con los espías alemanes que pasan información al Eje para acabar con los barcos mercantes ingleses y así asfixiar a la Pérfida Albión.
"-La guerra transforma hasta el extremo el alma de los hombres.
-Y de las mujeres -afirmó ella.
-No, las mujeres no tienen alma, aunque James Joyce y las novelas se empeñen en lo contrario -aseguró el comandante Fleming, fatalmente".
Entre Gibraltar, La Línea y la venta de Juan Vargas, el flemático, aventurero y jugador Fleming se las verá con personajes dignos de los esperpentos y la picaresca más española.
Gestapo, marineros nazis y bulerías
"Adolf Claus, sin perder la seriedad, aseguró:
-España es un pueblo que se entrega a la muerte y a los uniformes como si existiese vida más allá de la muerte y de los uniformes. Sus mujeres son muy pasionales, ya lo verá".
El teniente coronel abusón de la Guardia Civil Ignacio Molina, la bailaora poco fiable Juana 'La Petenera' (con este nombre bautizará el famoso cóctel mezclado y no agitado al que está abonado James Bond), el Académico limpiabotas con gafas de culo de vaso, el sarasa guitarrista Tachuela, el duro mayor americano Wild Bill y el viejuno y senil gobernador Jock.
martes, 12 de septiembre de 2017
'Miserere', de Manuel Sosa: la alta literatura aplicada a una novela negra, negrísima
"-Disculpe, Juan -aún de pie, cruza ambas piernas-, pero los sentimientos son complicados. Las personas lo somos también.
-Ciertamente -aparta la biblia cerrada-, pero son sencillos nuestros valores".
Esta novela, entre negra, negrísima, policíaca y thriller, es diferente. Por su elevada carga literaria. Es intensa. Con una prosa profunda y trabajada. Habla, de otra manera, alejada de los estereotipos, de los bajos fondos, de las miserias humanas, del dolor y de la codicia.
"La mujer es un constructo para el placer y la compañía. Toda ella néctar para quedar satisfecho. Son receptáculos de los que beber o libar. Preciosos receptáculos. Si te muestras fuerte y eres estricto, acaban por dejar que sorbas ese néctar".
Los personajes están destrozados y destruyen todo lo que les roza. Y cuando no lo están, maquinan para dañar a los demás, con la única excusa de la búsqueda del poder.
El juez de guardia Horacio Misericordia es un ser humano alcohólico y destrozado. Procedente de un medio rural de la Castilla más profunda, sufrió de pequeño en casa a un padre borracho y pendenciero, y ahora debe lidiar con su peor enemigo: él mismo.
"Con la velocidad solo permanecen la viveza y la hombría porque conducir me desprende del orgullo y el deseo".
En la búsqueda de su hija, abandonada y perdida, se dejará media vida, mientras un grupo de agentes vendidos intenta quitarlo de en medio y un político aún más corrupto lo quiere inhabilitar.
"Él, un estudiante de Filosofía perdido en Madrid con una beca Erasmus, hablaba el español de los bares y el francés de Sastre, el castellano de las litronas y el galo de Stéphane Hessel, las palabras de José Luis Sampedro y las blasfemias de las banlieues.
Un enamorado de Marx, la conversación callejera, las asambleas y el hachís que veía en Lucía un objeto de cariño y compasión, una Sócrates callada con quien entablar diálogos y arengas reivindicativas sin contestación".
Porque hay lazos que unen a los tres. Juez, político (Juan Albay de la Rocha) e hija, Lucía. Unas relaciones rocambolescas y rodeadas de podredumbre.
Infierno sobre la tierra
El libro no es de lectura fácil por una manera de narrar muy inteligente, que quiere que el lector ponga de su parte; una prosa de elevada carga literaria. Como un poema oscuro y denso sobre los peores instintos de la humanidad. Un libro muy intenso. Excesivamente intenso.
"Si algo somos es nuestra infancia. A veces enumero los errores heredados de ella. Otras veces los daños. Las injurias. La niñez debería ser terreno para la nostalgia o la felicidad, tal y como cuentan el cine y las novelas".
Llega a lo más hondo del alma y no deja indiferente. Los perdedores y antihéroes casi dan lástima si no fuera por la maldad y egoísmo que destilan.
-Ciertamente -aparta la biblia cerrada-, pero son sencillos nuestros valores".
Esta novela, entre negra, negrísima, policíaca y thriller, es diferente. Por su elevada carga literaria. Es intensa. Con una prosa profunda y trabajada. Habla, de otra manera, alejada de los estereotipos, de los bajos fondos, de las miserias humanas, del dolor y de la codicia.
"La mujer es un constructo para el placer y la compañía. Toda ella néctar para quedar satisfecho. Son receptáculos de los que beber o libar. Preciosos receptáculos. Si te muestras fuerte y eres estricto, acaban por dejar que sorbas ese néctar".
Los personajes están destrozados y destruyen todo lo que les roza. Y cuando no lo están, maquinan para dañar a los demás, con la única excusa de la búsqueda del poder.
El juez de guardia Horacio Misericordia es un ser humano alcohólico y destrozado. Procedente de un medio rural de la Castilla más profunda, sufrió de pequeño en casa a un padre borracho y pendenciero, y ahora debe lidiar con su peor enemigo: él mismo.
"Con la velocidad solo permanecen la viveza y la hombría porque conducir me desprende del orgullo y el deseo".
En la búsqueda de su hija, abandonada y perdida, se dejará media vida, mientras un grupo de agentes vendidos intenta quitarlo de en medio y un político aún más corrupto lo quiere inhabilitar.
"Él, un estudiante de Filosofía perdido en Madrid con una beca Erasmus, hablaba el español de los bares y el francés de Sastre, el castellano de las litronas y el galo de Stéphane Hessel, las palabras de José Luis Sampedro y las blasfemias de las banlieues.
Un enamorado de Marx, la conversación callejera, las asambleas y el hachís que veía en Lucía un objeto de cariño y compasión, una Sócrates callada con quien entablar diálogos y arengas reivindicativas sin contestación".
Infierno sobre la tierra
El libro no es de lectura fácil por una manera de narrar muy inteligente, que quiere que el lector ponga de su parte; una prosa de elevada carga literaria. Como un poema oscuro y denso sobre los peores instintos de la humanidad. Un libro muy intenso. Excesivamente intenso.
"Si algo somos es nuestra infancia. A veces enumero los errores heredados de ella. Otras veces los daños. Las injurias. La niñez debería ser terreno para la nostalgia o la felicidad, tal y como cuentan el cine y las novelas".
Llega a lo más hondo del alma y no deja indiferente. Los perdedores y antihéroes casi dan lástima si no fuera por la maldad y egoísmo que destilan.
lunes, 4 de septiembre de 2017
'La chica en la niebla', de Donato Carrisi: adictiva y misteriosa
"- Os dije que el mal es el motor de cualquier narración: los héroes y las víctimas solo son un instrumento, porque a los lectores no les interesa la vida cotidiana, ya tienen la suya. Quieren conflictos, solo así consiguen distraerse de su propia mediocridad. -Miró intencionadamente al agente especial-. recordad: el malo es quien hace que la mediocridad sea más aceptable, él es quien 'hace' la historia".
'La chica en la niebla' tiene la virtud de que mantiene un intenso misterio, aderezado con un toque de maldad, desde la primera hasta la última página.
"En cambio, se había callado. Porque eso es lo que hacen los pecadores: se callan y, al callarse, mienten".
Es un thriller con un ambiente oscuro y denso, en el que la maldad más absoluta invade un tranquilo y pacífico pueblo italiano, en su frontera con Austria. Te atrapa desde el principio y crea adicción.
"Desprenderse del pasado solo era una manera de no tener que admitir los propios fracasos".
Y lo peor de todo es que esa maldad es la más terrible, la que surge de la gente normal, de lo pacífico, pero absolutamente corrompido.
Igualmente, la novela, una delicia por su final más que inesperado, es una dura crítica al mundo de los medios de comunicación, en los que priman los cabezas de turco, el espectáculo, antes que descubrir a los verdaderos los culpables. El circo de las televisiones en las noticias de sucesos recibe un palo más que merecido.
"- A propósito de proverbios -afirmó, tranquilo-, en una ocasión alguien dijo que el pecado más estúpido del diablo es la vanidad. -Después abandonó el local haciendo sonar el avisador de la puerta".
En cuanto a los personajes, terrible es el agente especial Vogel, un tipo sin escrúpulos ni ética ni moral, más interesado en manipular y aparecer en la tele, que en descubrir la verdad que se esconde tras la desaparición de una inocente niña.
Ya firmó la colosal 'El cazador de la oscuridad'
El inicio, con la aparición del agente, en medio de un accidente, en dudosas circunstancias, dos meses después de la desaparición de Anna Lou Kastner, es potente por lo que conlleva, entre mágico, maligno e inexplicable.
Se disfruta. Es pata negra. Carrisi es un genio del suspense. Un estudioso en profundidad de la dual alma humana, sumida siempre en una lucha entre el bien y el mal, entre los más oscuros deseos y punciones que se esconden tras nuestra fachada más tranquila y amable.
'La chica en la niebla' tiene la virtud de que mantiene un intenso misterio, aderezado con un toque de maldad, desde la primera hasta la última página.
"En cambio, se había callado. Porque eso es lo que hacen los pecadores: se callan y, al callarse, mienten".
Es un thriller con un ambiente oscuro y denso, en el que la maldad más absoluta invade un tranquilo y pacífico pueblo italiano, en su frontera con Austria. Te atrapa desde el principio y crea adicción.
"Desprenderse del pasado solo era una manera de no tener que admitir los propios fracasos".
Y lo peor de todo es que esa maldad es la más terrible, la que surge de la gente normal, de lo pacífico, pero absolutamente corrompido.
Igualmente, la novela, una delicia por su final más que inesperado, es una dura crítica al mundo de los medios de comunicación, en los que priman los cabezas de turco, el espectáculo, antes que descubrir a los verdaderos los culpables. El circo de las televisiones en las noticias de sucesos recibe un palo más que merecido.
"- A propósito de proverbios -afirmó, tranquilo-, en una ocasión alguien dijo que el pecado más estúpido del diablo es la vanidad. -Después abandonó el local haciendo sonar el avisador de la puerta".
En cuanto a los personajes, terrible es el agente especial Vogel, un tipo sin escrúpulos ni ética ni moral, más interesado en manipular y aparecer en la tele, que en descubrir la verdad que se esconde tras la desaparición de una inocente niña.
Ya firmó la colosal 'El cazador de la oscuridad'
El inicio, con la aparición del agente, en medio de un accidente, en dudosas circunstancias, dos meses después de la desaparición de Anna Lou Kastner, es potente por lo que conlleva, entre mágico, maligno e inexplicable.
Se disfruta. Es pata negra. Carrisi es un genio del suspense. Un estudioso en profundidad de la dual alma humana, sumida siempre en una lucha entre el bien y el mal, entre los más oscuros deseos y punciones que se esconden tras nuestra fachada más tranquila y amable.
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