El Tirol italiano, con sus magníficos paisajes, los conflictos entre italo y germanoparlantes, y las leyendas y mitos que surcan Bolzano, vuelve a ser el exótico decorado por el que el genial Luca d'Andrea hace caminar a sus monstruos, asesinos y seres fantásticos.
Tras la obra maestra que es 'La sustancia del mal', era difícil superarse y casi lo logra. D'Andrea da forma en 'La muerte de Erika Knapp' a todo un mundo oscuro, de envidias y odios, luchas de poder, y muerte, en medio de un ambiente espectacular con las historias de los Hermanos Grimm de fondo.
El extraño fallecimiento años atrás de 'Erika la Rarita', joven de familia desestructurada e intérprete de tarot, llevará a su hija, la indomable Sibylle, a investigar un caso más que raro, en una zona dominada por el poder omnímodo y poco claro de la familia Perkman.
Junto al exitoso escritor Tony Carcano, criado en el Bronx de Bolzano, Sibyl, iniciará un periplo detectivesco que la llevará 30 años atrás, cuando su madre murió en el lago, un lugar que, como en Viernes 13, esconde sucios secretos.
Mientras, el Wanderer de la leyenda del bosque hará su aparición desde un mundo paralelo para cobrarse el alma de sus víctimas. Pero como dice Tony, "no te metas con el dueño de un perro de 120 kilos". Es el simpaticón Freddy.
Un libro que recuerda a la Trilogía del Baztán, que bebe de las supercherías sobre magos y brujas del Alto Adigio, en los Alpes italianos, y que une una trama muy negra, unos personajes llenos de traumas, y la eterna pelea entre el bien y el mal, los ricos y los pobres.
Muy recomendable. Magia y realidad se dan la mano de la mejor manera: con una novela negra, negrísima de alto voltaje.