'Solo un muerto más', de Ramiro Pinilla, primera de la trilogía del detective Samuel Esparta, es una novela policíaca extraña. Porque es una mezcla entre una narración a lo Pío Baroja con costumbrismo post-guerra civil y cierto halo de Hammett y Chandler.
Es un libro extraño porque sus personajes lo son y su metaliteratura impregna toda la obra. Trata de un librero de Getxo, Sancho Bordaberri, en la España pobre y gris de poco después de la Guerra Civil.
Este buen hombre, que vive con su hermana y su madre, se ha empeñado en escribir un libro de éxito, pero hierra cada vez que lo intenta. Es por ello que se transforma en el detective Samuel Esparta, obliga a su ayudante en la librería, Koldobike, a cambiar el color de su pelo y a apoyarle en la investigación de un crimen cometido diez años atrás.
Es un muy buen narrador, un perfecto literato, pero el libro no me ha enganchado. Se nota la calidad y el homenaje a Dashiell Hammett y a Raymond Chandler, pero es más bien un libro costumbrista con troques policíacos que una novela negra.
Magistral la escena de la paliza de Esparta a manos de tres falangistas. Cuando van a ejecutarlo, la literatura lo salva. Memorable imagen.
Eso sí, la intriga y los personajes están muy logrados. Sin embargo, prefiero el canallismo moderno de Juan Madrid, Andreu Martín o la sofisticación y el ritmo de Lorenzo Silva.
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