'El cuaderno de Nicolaas Kleen' sigue la línea narrativa, pausada, tranquila y casi lenta de Jaume Benavente. Eso es en el inicio de sus libros de novela negra porque, a medida que el lector penetra en su rico e intrincado mundo, la historia empieza a oscurecerse, a trufarse de muertos, de la suciedad de los bajos fondos y de la negritud más absoluta.
Sus libros van de menos a más. O, mejor dicho, de una parsimonia y paz cuotidiana, casi gris, a una acción frenética, a la investigación de secretos atroces y a los asesinatos más crueles. Los finales de sus obras jamás decepcionan. Sus novelas negras no defraudan y dejan un más que placentero sabor de boca.
El personaje de la inspectora Marja Batelaar es uno de los más conseguidos de la literatura criminal actual. Su profundidad, miedos y psicología alcanzan cuotas máximas. Además, es un ser humano más que creíble, que actúa como tal, y que penetra en la psique del lector. Se hace querer.
Es una obra para disfrutar de la novela negra de enigma casi perfecto y asesinatos más que salvajes, que se lee sin parar, y que llega al alma, aunque entre medias tal vez sobre una excesiva concesión a la calma, a detener el ritmo, como si la acción fuera al ralentí... pero es la espera necesaria para golpear con fuerza en el entonces poco estresado lector.
Las descripciones del día a día en Amsterdam, de sus barrios y canales, es excelente, además de las explicaciones de la forma de ser y vivir en las regiones neerlandesas más religiosas y auténticas.
Muy buena. Muy potente. Muy bien construida. Y excelentemente narrada. Una obra de arte en forma de sangre, muerte y negocios sucios.
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