Mis autores preferidos de novela negra y policiaca, acompañados de sus criaturas, los detectives e investigadores más escépticos y duros a la vez tiernos.
viernes, 24 de junio de 2016
'Donde los escorpiones', de Lorenzo Silva: los guardias civiles Vila y Chamorro pegan con fuerza en su novena aventura
"El honor debe conservarse sin mancha", lo dice nuestra cartilla. "La Benemérita es lo más serio que tiene este nuestro país", replicó el comandante de Inteligencia del Ejército de Tierra Kirkpatrick.
La novena aventura de los guardias civiles Vila y Chamorro te atrapa desde el principio. El libro no se puede dejar hasta el final. ¿Quién asesinó brutalmente con un amapolero al sargento primero de Infantería Pascual González Barrantes en plena base hispano-americano-italiana de Herat?
"-En eso tienes razón. Dónde está la revolución que se iba a hacer.
-Están esos partidos nuevos, los que acaban de estrenar escaños.
-Sí, en ese Parlamento Europeo que no decide nada.
-Por ahora.
-¿Tú los ves gobernando algo? No sé -dudó-. Veo al personal muy sumiso, sobreviviendo como puede, aceptando cobrar seis horas por hacer ocho, y casi dando las gracias por poder respirar.
-No sé qué decirte. Es verdad que este es un país cada vez más viejo y más temeroso, pero de un tiempo a esta parte todo acaba saliendo a la luz, y con consecuencias cada vez más impredecibles para los que partían el bacalao. A falta de revolución, hay gente muy rebotada, han tensado mucho la cuerda y ya no cabe seguir manteniendo según qué impunidades. No me creo eso de que el miedo ha cambiado de bando, pero quizá empieza a estar un poco más repartido".
Tras un comienzo vertiginoso persiguiendo por El Gallinero al escurridizo Mircea, en compañía del socarrón e implacable brigada Atienza, los ya mitos de la novela negra, subteniente Rubén Bevilacqua (Vila) y la sargento Virginia Chamorro son enviados como investigadores por el general Pereira al seco y sangriento Afganistán.
"No dejaba de ser excéntrico; dos rioplatenses con uniforme español evocando la tierra natal en aquel país de tártaros, a tantos miles de kilómetros de Montevideo y Buenos Aires. Así es la vida, sin embargo, caprichosa e incomprensible, y envejecer es en buena medida aprender a aceptar su absurdo con naturalidad y sin descomponerse".
La historia que propone Lorenzo Silva cuenta con todos los ingredientes de la mejor novela negra y policíaca, aderezada por la crítica social que acompaña a la saga de Vila y Chamorro.
Más que dos curtidos agentes, que lo son, vemos dibujados a seres humanos frágiles, cargados de dudas, pero que en ningún momento dejarán de cumplir con el deber de la mejor manera que saben hacer: sin fisuras ni chaquetear.
El humor es un contrapunto genial del maestro Silva para dotar la narración de profundidad y momentos de relax.
"-¿Y está bien defendida esa base? Quiero decir, ¿tienen cañones, helicópteros, para chicharrar a cualquier barbas que se acerque?
-Tienen de todo. Hasta drones, que ven venir al barbas y lo achicharran antes de que a él se le ocurra siquiera cómo atacarnos.
-No me fío yo mucho de tanta tecnología. Seguro que luego en el momento de la verdad se cuelga, como el puñetero Windows".
Justos y pecadores
"Consintió en tomar la cerveza en uno de los tugurios grasientos de su barrio, uno de esos bares cuyos dueños se creen que era alternativo no limpiar en condiciones las mesas o la barra más de una vez al mes".
El escritor getafense introduce fragmentos filosóficos que dotan de solidez una trama muy bien construida.
"Hubo un pasaje del libro que me interesó especialmente. Cuando recuperaba la figura del sofista Trasímaco, y en particular una famosa frase que le atribuye Platón: "Lo justo no es otra cosa que lo útil para el más fuerte".
Las subtramas que envuelven a los personajes principales convierten la historia en algo vivo y repleto de interés. Distintos ángulos para disfrutar de una pedazo de novela.
"Lo que llevó a la URSS a invadir Afganistán -finalmente letal para su propia existencia- fue, según Braithwaite, "una mezcla de ignorancia, prejuicio ideológico, pensamiento confuso, inteligencia inadecuada, asesoramiento contradictorio y la pura presión de los hechos".
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