'Venus privada', de Giorgio Scerbanenco, es una obra que se sale de los cánones de la novela negra clásica, aunque mantiene un puro aroma cercano a Manchette, Izzo y McIlvanney.
"Somos demasiado sensibles, es decir, estamos divididos ridículamente en dos categorías diferenciadas: los que son como una piedra y los sensibles. Hay quien con una azada en la mano provoca una masacre en su propia familia, mujer, madre e hijos, luego en la cárcel, con tranquilidad, pide que le suscriban a la Settimana Enismistica para hacer crucigramas. Y hay quien, en cambio, lo tienen que ingresar porque ha dejado la ventana abierta, su gatito ha trepado al aféizar y se ha caído desde el quinto piso: piensa que él ha matado al gato y se vuelve loco".
Empieza como una novela normal, en la que un potentado encarga a un exdoctor Duca Lamberti que acaba de salir de la cárcel la recuperación de su hijo alcohólico.
"Su padre de vez en cuando le hablada de su trabajo, y alguna vez le había dicho, contándole sus días en Sicilia con la Mafia, que el único sistema que con los años le había parecido eficaz, con los delincuentes y con los honestos, con los buenos y con los malos, era el puñetazo en la cara".
A partir de ahí se sucederá una trama que escarba en el motivo de porque un joven rico y agraciado lleva un año bebiendo como un cosaco. Aparece el suicidio de una chica que no será tal y ambos, con la ayuda de un comisario chusco y una licenciada en filología, investigarán el asunto por los bajos fondos de una calurosa y elegante ciudad de Milán.
Es una historia con fuerza y alma. Escrita en un muy particular estilo que en ocasiones confunde al lector. Cuenta con profundidad y un misterio que ansiamos desentrañar.
Una trama con sentimiento y toques policíacos intensos. No deja indiferente esta investigación peligrosa de tres aficionados en busca de una verdad tétrica y dolorosa. Unos locos perdedores que se enfrentan al imperio del crimen.
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