Todo lo que escriben Nieves Abarca y Vicente Garrido es oro. Firman a cuatro manos lo que para mí son de las mejores novelas negras de la actualidad en español.
Ya me ganaron con la excelente 'Los muertos viajan deprisa' y ahora lo vuelven a hacer con la imprescindible 'El beso de Tosca'.
Para empezar, las historias nos atrapan desde el principio con una acción al límite protagonizada por un tenor y un barítono. La mafia y la trata de mujeres están de por medio. En una radiografía perfecta de la España de la década pasada o anterior, de los jefes de empresas de éxito, prepotentes y altivos, que esconden matones a sueldo y burdeles a su nombre.
Si ya de por sí Marc, el tenor de alta cuna barcelonesa que tiene previsto triunfar en el Liceo, es un personaje casi real, de carne y hueso, casanova y algo bandarra; su némesis, Berto, el pijo sanguinario, es otro de los arribistas que dominan el mundo de las grandes empresas y que se valen de sicarios para poner orden en sus negocios oscuros.
Bajo su mando están la exótica e insensible Vera, una mujer fatal; el Tártaro, un asesino llegado del frío; Rusty, el puertorriqueño encargado de los trabajos sucios; o Dídac Zarco, el Poeta, un prometedor boxeador con alma de Byron.
Aquí hay mucha acción, mucho sexo, mucho deseo, odio, venganzas, puñaladas traperas y hasta un asesino en serie despiadado.
Es un novelón adictivo y singular, que no deja títere sin cabeza. Una obra maestra de lo negro actual.
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