'Donde haya tinieblas', de Manuel Ríos San Martín, es un gustazo, una gozada, un novelón. Si ya fue brutal su incursión en el género, con 'La huella del mal', en esta ocasión se supera.
Esta historia cuenta con decenas de aristas, subtramas y personajes al límite.
El suspense se mantiene, incluso va in crescendo hacia el final, de manera pura e intensa. Y el humor, junto con el sexo, son aditivos que dan como fruto un cóctel explosivo.
La pareja de heterodoxos inspectores de la Policía Nacional es perfecta. Chocan por la edad y por la forma de ser, a la vez que les une algo muy profundo.
El mundo del catolicismo es también un personaje primordial, como si el malo malísimo de 'Seven' tuviera un hermano hispano.
Y hay situaciones de las mejores de la novela negra actual como el desternillante pasaje en un pub gay de Chueca o la escena, entre cutre, violenta y dantesca, del cura y sus acólitos en una iglesia del Pirineo.
En definitiva, un novelón imprescindible. El autor es de los mejores creadores de situaciones y tramas, no en vano es un reputado guionista... a disfrutarla al máximo!!!
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