Los libros de Mary Kubica poseen una virtud: mantienen la tensión desde el principio hasta el final. Nada es lo que parece. La narración, normalmente en dos espacios temporales, ayuda a que este puzzle casi perfecto atrape al lector hasta la inesperada conclusión.
No es el tipo de novela de suspense que más me gusta porque no es literatura negra. Es un thriller psicológico en el que una muerte extraña es analizada desde diferentes puntos de vista, haciendo uso de una intriga muy trabajada y una historia que parece normal, pero es todo lo contrario.
Es cierto que hay momentos y escenas de gran carga emocional. Pero también los hay evitables. Por ejemplo, me he saltado la paja de lo que considero son demasiadas comidas de cabeza de los personajes cuando narran sus acciones (prefiero los diálogos a la excesiva introspección descriptivo-narrativa).
En definitiva, una familia en principio perfecta que realmente no lo es. La mentira lo abarca todo cuando se prometieron transparencia.
Es un muy buen libro para los locos de esta escritora y para los enganchados a los thrillers políciaco psicológicos.
Nota: notable alto.
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