'Moscú', de Jesús María Sáez, es el colofón perfecto a la espectacular 'Trilogía del Este'. 'Siberia', la primera entrega de la saga sobre espías, es una muy buena novela. La segunda no la leí. Pero 'Móscú' la he devorado con fruición.
Es adictiva. Mezcla perfectamente la novela negra negrísima, con las historias de espías más clásicas, y los tejemanejes de geopolítica -carente de ática alguna- entre estados.
La ambientación es perfecta. El autor nos hace disfrutar y sufrir en las ciudades rusas más cercanas al Círculo Polar donde se desarrolla una trama de espías informáticos y hackers. A la vez que nos lleva a Londres, Burgos o Benidorm en una ruta de sangre, secuestros y peleas a muerte entre CNI, FSB, GRU y sicarios a sueldo.
La acción más desenfrenada es otra de las características de esta novela de aventuras dominada por personajes con dobleces, traiciones, dobles juegos y muchos tiros. El dinero y el sexo son otros de los ingredientes necesarios en una historia cardiaca.
La asesina Mascha, la recta policía Valeria, el periodista Txema, el comisario Galarreta o el magnate Kovalez, así como el jefe del FSB, son protagonistas con gancho en una narración ágil, frenética y sin concesiones. El humor es otro de los puntos fuertes de la novela
He disfrutado como un niño pequeño con un juguete nuevo.
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