'El caso Léon Sadorski', de Romain Slocombe, es un cuadro realista de la bajeza a la que puede llegar un ser humano por convicción y necesidad. Es un retrato fiel de lo que significó la ocupación de París por los nazis, creando un mundo de miseria, delaciones, ejecuciones sumarias y brutales torturas.
Este libro, de carácter histórico y con profunda carga negra, dibuja una Francia vaciada, entregada al enemigo y centrada en la caza del judío. Y una de las piezas del cruel y perfeccionado engranaje policial, especializado en triturar comunistas, gaullistas y judíos, es el inspector principal adjunto Léon Sadorski, de orígenes alsacianos y antepasados polacos.
Sadorski, racista, malencarado, ladrón, extorsionador y corrupto, se las verá con la otra cara de la moneda, los fríos funcionarios de las SS y la Gestapo. Porque quien a hierro mata a hierro muere. Sentirá en sus propias carnes la acción devastadora y sin sentimiento de los servicios secretos alemanes.
A pesar de ello, en el oscuro inspector de los RG, brillará una débil luz que, a medida que transcurre la cruel trama, le obligará a cometer varias acciones truculentas en nombre de cierta justicia.
La verdad es que esta novela es más que una historia negra. Es un dibujo de una época histórica aciaga para la democracia occidental. Los estragos cometidos por las SS y la Gestapo en la Francia ocupada son de órdago. Impensables sin el apoyo de los colaboracionistas franceses, que no fueron pocos. Un momento vital de vilezas, traiciones, corrupción, mafia, torturas y asesinatos impunes, en el que no queda títere con cabeza.
Intensa, profunda e instructiva obra.
Ni idea, amigo. Los policías franceses, holandeses, belgas, daneses, incluso noruegos… colaboraron activa y festivamente con los alemanes. Aunque os pese, en esa época, la mitad de Europa era proclive a Hitler y anticomunista (no son sinónimos, que te veo, mentecato). Incluso Inglaterra, con Chamberlain ejercía una política contraria al socialismo y comunismo muy ostensible. Estando mucho más cerca de Mussolini que de anormales
ResponderEliminarComo Stalin. Por eso, merluzo, jamás hubiera entrado en guerra ayudando a la nefasta República española. En definitiva, no tienes ni idea. Por cierto, Chamberlain fue el que declaró la guerra a Alemania y los primeros 8 meses del conflicto fue Primer Ministro. Lo señalo por si lo llamabas fascista.