"La verdad es que sois pura escoria. Me gustaría mataros a los tres. El Estado se ahorraría un montón de dinero. Si alguien intenta coger aquella pistola, os mato. Earl, mueve tu precioso culo hasta el sofá y siéntate al lado de Tony".
Cuando un generoso Andreu Martín concedió en 1991 una entrevista a un estudiante de primero de periodismo para hablar de novela negra, lo primero que hizo fue destacar como autora del momento a Sara Paretsky.
Veinte años después no había leído ninguno de sus libros. Me quedé con la otra parte de los consejos de Martín: Vázquez Montalbán, Lindsey Davis, Juan Madrid y los imprescindibles: Hammett, Chandler y Thompson.
Sin embargo, una oferta de tres libros de Paretsky por 10 euros en una librería de la glorieta de Bilbao me hicieron probar las dinámicas aventuras de la detective todoterreno V. I. Warshawski, hija de un policía polaco de Chicago y de una temperamental ama de casa italiana.
Y la verdad es que 'Valor seguro' no decepciona. Entretenidísima desde el principio, desprende los aromas tradicionales de la novela negra más clásica. Se lee de un tirón y se experimentan intensas sensaciones de desasosiego en cada acción de esta investigadora con arrojo y que desconoce la palabra miedo.
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