No es que sea una novela aburrida, ni mala, ni floja. Es que no es el tipo de novela negra a mi gusto. Todo es bastante predecible -incluso los personajes-, todo es demasiado perfecto, todo le sale a la perfección al investigador... haga lo que haga, siempre cae de pie...
Y eso lleva al tedio. Pero no porque no esté bien escrita y se mueva correctamente, sino porque es muy lineal, con pocos altibajos, con casi ningún momento de inflexión... vamos autodirigidos a la victoria fácil y final de los buenos.
Me esperaba algo más parecido a los novelones de Jean-Claude Izzo con personajes atormentados y tramas duras y oscuras o al estilo del genial Jean-Patrick Manchette.
Pero me he encontrado con un señor de Milan vestido a la perfección y rodeado de mujeres de bandera. Demasiado perfecto todo ello.
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