lunes, 19 de noviembre de 2018

'El sol verde', Kent Anderson: una pasada

    "Pero Hanson no era valiente, ni tampoco estaba loco; simplemente, nunca tenía miedo, tan solo se enfadaba de vez en cuando. Se suponía que debería de haber muerto durante la guerra. A veces le preocupaba cagarla, que muriera otra persona, cometer alguna negligencia y morir pareciendo un idiota".

    'El sol verde', de Kent Anderson, es una novela diferente, con un protagonista distinto, y con una historia más que buena. Engancha desde el principio. Una de las revelaciones del año. Llega a las entrañas y más allá.

    Violencia y justicia callejera se dan la mano en este adictivo thriller negro repleto de filosofía existencial, tocado por la varita de 'Alicia en el país de las maravillas'.

    Con una mezcla de magia o hechos extraordinarios, narra la historia de un excombatiente de Vietnam, expolicía y ahora profesor universitario de Literatura que se cansa de la paz de Utah y decide reengarcharse a la Policía de Oakland en 1983 a los 38 años de edad.

    "Felix no era un tipo duro, pero sí un asesino, y además no le daba miedo nada. Se consideraba ya muerto, y así era como veía a todo el mundo. Era implacable y despiadado en un brutal mundo de blancos. Sabía que tarde o temprano acabaría matándolo. Ya había escrito su testamento y los preparativos necesarios para su funeral, y cada vez que los modificaba le entregaba una copia a Levon".

    A partir de ahí, tras un abrupto paso por la academia, el agente Hanson deberá superar un periodo de pruebas de dos años y medio. En ese tiempo conocerá al mayor traficante de la ciudad, se enfrentará a los temibles Hermanos Musulmanes y convivirá de mala manera con sus superiores y compañeros policías. 

    Hanson es un superviviente, un ser excepcional, un 'lobo estepario'. Personaje contradictorio, extraño, algo loco, pero justo e implacable. Complicado y sencillo a la vez. ¡Genial creación!


    "-En la guerra me sentía bien -dijo pensando en voz alta-. Todo el mundo me tenía miedo, y a lo mejor yo estaba loco, pero es que estaba loco todo el mundo, de modo que, si tú lo estabas más, era bueno. Cuanto más loca fuera tu forma de actuar, más miedo me tenían todos.

      Usted sí que sabe cómo funciona eso. Si uno actúa de forma racional y agresiva, y le da lo mismo vivir que morir, nadie le jode. Yo podía hacer lo que me apeteciera. Era especial. Conocía el apretón de manos secreto. Y no estaba loco en absoluto, al cabo de un tiempo ni siquiera me sentía confuso. En ese lugar estaba total y profundamente cuerdo".

    La verdad es que todo el periplo del patrullero Hanson es más que adictivo y desconcertante. Por las amistades que hará en la calle y por su actitud carente de cualquier atisbo de miedo. Por sus adicciones y su forma, entre zen y kamikace, de ver y sentir la vida.

    Este libro posee una gran carga de literatura de primer nivel en una historia oscurísima, repleta de tensión e intensidad.

    Ya con ganas de leer las otras obras de Anderson -que combatió en Vietnam- sobre el agente Hanson cuando sean traducidas al castellano.

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