lunes, 30 de marzo de 2020

'El último barco', de Domingo Villar: una delicia

    
    'El último barco', de Domingo Villar, es una delicia. No tiene la fuerza de sus dos primeras obras maestras, 'Ojos de agua' y 'La playa de los ahogados', pero posee más profundidad, sosiego y una trama perfecta.

    En esta ocasión, el inspector Leo Caldas deberá investigar en Tirán, en frente de Vigo, al otro lado de la ría, la desaparición de una profesora de cerámica. Lo que se trata de una supuesta ausencia consentida se convertirá en una oscura historia con numerosos secretos.

    El libro empieza lento, tarda en arrancar, por eso la leí en dos tacadas. Al principio no me enganchó, pero a medida que absorbes la perfecta prosa de Villar, la acción se apodera de ti y ya no la puedes dejar hasta el final.

    El autor es un experto en tejer lentamente una trabajada tela de araña que se va adueñando de todo, añadiendo, capítulo a capítulo, un suspense que irá in crescendo hasta el sorpresivo final.

    El personaje de Caldas está muy logrado. Es una especie de Salvo Montalvano gallego. Su ayudante, un rudo policía aragonés, es el contrapeso perfecto al elegante inspector de Vigo, estrechamente relacionado con su padre, una especie de ermitaño que elabora vino.

    Esta es una obra maestra de la novela negra española. Un libro que pone a Domingo Villar en el pedestal de los mejores creadores actuales de thriller de cinco estrellas.

2 comentarios:

  1. Por error, intentado eliminar spam, he borrado un comentario en esta entrada. Si lo quiere volver a escribir, encantado. Y disculpe

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  2. A mi modo de ver, es una buena novela, distraída, no es una obra maestra, le sobran bastantes páginas...

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