"Aún no duermo bien. Por las noches, mi mente sigue yendo muy deprisa. Sully decía que la vida es un ejercicio de control y que cuando el control se pierde hay que actuar como un tenista experimentado: pedir la toalla y respirar hondo, porque la ansiedad hace perder los partidos importantes".
"Según él, el tiempo es un tren cuya velocidad cambia constantemente. A veces fluye al compás del pensamiento; otras, acelera las acciones y las consume, provocando un desequilibrio del que resulta imposible salir".
Esta es una novela diferente. Muy grande dentro de su humildad. Está repleta de sentimiento, sangre y ambición. Tiene alma. Es una joyita de la novela negra actual en español.
'El hombre de la gasolinera' trata sobre Matt, el misterioso empleado de una estación de servicio, junto al desierto de Utah, al que persigue su violento pasado. Es un gran lector, amante de la soledad y escritor. Cree haber encontrado su edén, en la inmensidad de la nada, como único trabajador de la gasolinera, cuando el pasado le visita de mala manera.
Paralelamente, su vida se cruzará con la de una usuaria de la estación de servicio, Emily, joven y ambiciosa periodista que dará con la historia de su vida al entrevistar a los héroes del tren de Berlín, tres jóvenes de Sant Lake City que desarmaron a dos peligrosos terroristas islamistas.
Esto va de venganza, de búsqueda de justicia (a precio de vender el alma al diablo) y de introspección. La casualidad, si esta existe, o el karma, también juegan sus bazas en esta narración poderosa, ágil y de frases cortas y contundentes.
Es una obra que entusiasmará a los amantes de la novela negra tradicional y a los enamorados de un tipo de historia intimista, trágica, misteriosa y llena de suspense. Una profunda filosofía de vida impregna todas su páginas.
El lobo solitario deberá afrontar con entereza lo que le depara el destino. Algo así como 'Carlito's way'.
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