Pere Cervantes es uno de los mejores escritores de novela negra de la actualidad. A sus tramas, negras, negrísimas, incorpora una base filosófica contundente, un poso de existencialismo y las eternas preguntas: '¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos', a las que añade: "es el ser humano bueno o malo por naturaleza", "¿por qué actuamos como lo hacemos?", bondad o maldad o ninguna de las dos.
Sus libros, además de intensos, son enriquecedores. Bucea tanto en el alma humana que nos vuelve locos. En esta ocasión, en 'Golpes', Cervantes riza el rizo de la perfección narrativa con Alfa, un expolicía de élite, metido a traficante por esas injusticias de la vida, entre estas, su paso por prisión tras caer en las garras de Asuntos Internos.
Alfa recuerda a veces a los protagonistas de 'Hijos de la anarquía', a los personajes de Carlos Zanón o a esos perdedores que estando al borde del abismo acaban salvándose de lo peor, pero no de ellos mismos.
En esta historia, que transcurre en Castellón y donde se mezclan mafias búlgaras con agentes corruptos, transita el boxeo, la inspiración de Alfa (subinspector Abel Dou), campeón de los pesados en su juventud y que aplica las máxima de este deporte a la vida.
Por la narración aparecerán las mujeres de su vida, como la Gata, Maca o su hija Kashima, sus compañeros de celda Foreman, Juanito y El Púas, el gángster Bogda, el Tom Cruise de AI, el exótico traficante Xulas...
Todos ellos formando parte de un cóctel perfecto de melancolía y oscuridad, del mundo como cuadrilátero, de una violencia extrema, de soplones y policías alcohólicos y vendidos, y de una trama más que perfecta, oscura, poderosa y atractiva dentro de su fatalidad.
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