La saga protagonizada por la inspectora irlandesa Lottie Parker es una delicia. Sobre todo porque en su octava entrega, 'Los ángeles sepultados' (Principal de los Libros), sigue haciendo disfrutar a los amantes de la novela policíaca como si fuera el primer y magnífico capítulo 'Los niños desaparecidos'.
En esta ocasión, Parker debe investigar la extraña aparición de restos humanos en las vía del tren, un suceso que la llevará 20 años atrás cuando se cometió un terrible crimen en su ciudad.
Seguimos atentos a la enfermedad del sargento Boyle, a la llegada de una nueva y dura comisaria -que enseguida entrará en conflicto con la rebelde Lottie-, y a los tejemanejes en el seno del equipo de investigadores de la avezada inspectora.
La verdad es que la autora nos muestra de nuevo al sordidez de una sociedad que por fuera es muy bella, pero por dentro está podrida. Nos exhibe la violencia oculta tras el alcohol, la locura y la envidia. Nos muestra a seres dominados por sus pasiones y que disfrutan de hacer daño a otros. El mal como principal fruto del alma humana.
Es una gozada seguir las pistas de crímenes horrendos cometidos en una pequeña ciudad rural irlandesa. Y disfrutamos viviendo en el seno de varias familias con muchos secretos, la mayoría oscura. Y de la gran riqueza, profundidad y vida de todos los personajes.
¡Larga vida a Lottie Parker'.
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