-'Entre los muertos', de Mikel Santiago. Es un novelón. Mantiene una tensión constante con puntos de verdadera taquicardia. La extraña muerte de un médico enlaza con asesinatos inexplicables del pasado, sicarios, tráfico de drogas y secretos en el corazón de Illumbe. La inspectora Nerea Arruti se deberá enfrentar a sí misma y a todo un mundo de mentiras y muerte.
-'Lo que no cuentan los muertos', de Inés Plana. Es la tercera de la serie dedicada al teniente-capitán Julián Tresser. Muy buena trilogía. Plana es una narradora de alta calidad con historias repletas de intriga y suspense. Sus personajes son de carne y hueso, sufren, padecen, hacen daño y no son perfectos. Historias de alto nivel para un verano de altas temperaturas.
-'Hospicio', de Martín Garrido. Es diferente. La prosa de Garrido es rica y cuidada. Su nivel literario es muy alto. Narra la historia de un grupo de perdedores, desarrapados, que viven en un antiguo hospicio municipal supervisados por una anciana. La búsqueda de un dinero convertirá el tenebroso lugar en un infierno. Un cuadro de Goya al que se juntan terror gótico y los 'freaks' de Tod Browning.
-'Muerdealmas', de Santiago Álvarez. Una muy dura novela sobre el odio entre clanes anclados en las más inaccesibles montañas del Maestrazgo. Una historia sobre la locura y la redención. Unos personajes siempre al borde del abismo con oscuros secretos. Mucha sangre, acción, sexo, dolor, traiciones, codicia y mentiras. Una historia épica con final a lo Tarantino o Robert Rodríguez.
-'Moscú', de Jesús María Sáez. El escritor vitoriano ha creado un mundo propio donde se dan la mano las clásicas historia de espías con la novela negra actual. Sus personajes y situaciones no hacen concesión alguna. Recomiendo leer toda la trilogía: la genial 'Siberia', seguir con 'Kazajistán' y acabar con 'Moscú'. Los personajes nos atrapan, la historia nos paraliza y la acción nos deja sin aliento.
-'La cadena', de Adrian McKinty. Aunque esta novela nos es tan actual, es una maquinada de relojería perfecta. Una trama original y adictiva. El genio de McKinty hará que todo lo que creamos imposible se convierta en realidad. Una de las novelas negras, negrísimas, de mayor nivel terrorífico y de suspense. No hace concesiones y dibuja un panorama duro, sucio, violento y salvaje.
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