Muy bien planteada, perfecto inicio, trama trabajada, genialmente escrita... pero cuando se descubre quién es el asesino, se pierde el interés por una obra más policiaca que negra.
Por eso, el primer tercio de 'Río de tinieblas' de Rennie Airth se disfruta al máximo, se goza y se sufre. A partir del momento en que se destapa la personalidad del asesino, se convierte en una novela de aventuras de policías y ladrones.
Muy logrado está el personaje principal, el atormentadísimo inspector John Madden, un sabueso de frío temperamento labrado por su experiencia en la carnicería de la batalla del Somme.
También destaca la excelente ambientación de una Inglaterra rural, centrada en la vida de la nobleza agrícola y gentes de pueblo que habitan en pubs, a principios de los años 20, donde videntes y las teorías de Freud impregnan el ambiente.
No es para los amantes de la novela negra sino de los libros de aventuras en los que los policías persiguen a un asesino en serie que mata a golpe de bayoneta en haciendas de ricos terratenientes.
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