La grandeza de 'El asesino del acantilado', de Antonio Manzanera, recae en que recupera el genuino sabor a Chandler, Hammett y MacDonald.
Es una novela actual con el sello de lo clásico. Con las más tradicionales y perfectas historias negras ideadas por esta trinidad de geniales escritores estadounidenses en la posguerra.
Está muy bien escrita y con un tiempo que va de la actualidad al pasado, en tres partes diferenciadas en las que, poco a poco, nos va dejando pistas sobre el porqué del mundo pre-Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Hay muerto, es un expresidiario que dio un golpe de 3 millones de euro a un banco, un dinero que todos ansían. Y hay detective, Cheney Moore, contratado por un personaje extraño para localizar los millones. Y está la temible mafia (La Familia) de California, un poderoso empresario de la pesca y un enigmático director de una empresa de seguridad.
Solo en un momento supuse qué sucedía. Pero es tan rica la trama que es imposible saberlo. Porque a mafiosos, ladrones y convictos se une el 'Asesino del Acantilado', un criminal en serie buscado por casi todos los protagonistas.
La tercera parte, la que pone el punto y final, recuerda a 'Los Soprano' o 'Uno de los nuestros'.
En definitiva, una pedazo de novela. Un libro imprescindible para los amantes de la novela negra estilo 'Cosecha roja', 'Adiós, muñeca' o 'El caso Galton', pero con un sello propio de calidad máxima. He disfrutado mucho con esta historia dura, cambiante, rica y repleta de matices y personajes interesantes.
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